Niveles de integración del modelo SAMR
Niveles de
integración del modelo SAMR
2002-762. Manuel Arismendy Batista Villa
El proceso de transformación de la educación, dominicana
para este caso, debe estar matizado indefectiblemente, por la integración desde los distintos
espacios de elementos tecnológicos que puedan catapultarla desde una concepción
puramente unidireccional a un espacio multidireccional donde los procesos que
se desarrollen en las aulas puedan ser enriquecidos no solo con los aportes que,
con buenas intenciones podrían tener los maestros del aula, pero que sin
conocimiento y aplicación de herramientas tecnológicas para apoyo a la docencia
se quedarían un poco cortos.
Si bien es cierto lo planteado por Bill Gates, sobre el
papel del profesor y la tecnología cuando sostiene que “La tecnología es solo una herramienta para
conseguir que los niños trabajen juntos y motivarles, el profesor es lo más
importante”, no menos cierto
es el hecho de la afirmación de Peter Drucker, cuando sostiene que “Dado que vivimos en una época de innovación, una
educación práctica debe preparar al hombre para trabajos que todavía no existen
y no pueden ser claramente definidos. Estas afirmaciones de dos grandes figuras
con incidencia en la toma de decisiones alrededor del mundo, uno por su impacto
sobre la tecnología y, el otro aunque ya fallecido, por el gran éxito de sus
teorías sobre management en la
administración, tienen hoy más que nunca un asidero real en lo que implica la
integración, necesidad e impacto de las TIC en los procesos educativos.
Esto así porque solo la tecnología nos puede
preparar para entender el futuro, pero solo es el maestro con intención de
integrarlas quien puede ponernos en ese maravilloso camino por recorrer y
descubrir.
La integración de modelos para potenciar el uso de
las TIC en la escuela, es un elemento interesante a tomar en cuenta cuando se
habla de mejorarla, pues es justamente en ellos donde habrán de cimentarse los
cambios estructurales, no superfluos, que necesitan los sistemas educativos
alrededor del mundo para formar un individuo con altos niveles de conocimiento,
pero sobre todo con altas capacidades de investigar, compilar, recrear,
analizar, producir y compartir ese conocimiento con el planeta a través del mundo
de la tecnología en la versión que mejor se ajuste.
Esta tarea, claro está, no debe ser solo una
ilusión, una quimera de quienes entienden es la forma correcta de producir
cambios en el proceso de enseñanza, sino que, debe estar obligatoriamente
mediada por varios elementos que son determinantes para que así suceda:
voluntad gubernamental de incorporar políticas públicas para el uso de las TIC,
apoyo logístico y de los directivos en los centros que debe incluir desde
equipamiento hasta formación docente adecuada, conciencia de importancia y utilidad, entre otros factores.
Uno de estos modelos de integración es el conocido
como SAMR por sus siglas tomadas de su nombre en inglés, las cuales traducidas
al español significan: Sustitución, Aumento, Modificación y Redefinición de los
procesos que deben seguirse para garantizar una buena inclusión de la
tecnología. Este modelo para integración de las TIC creado por Ruben
Puentedura, se divide en dos aspectos a analizar como partes individuales, pero
con la conciencia de que al mismo tiempo consolidan un todo.
El primero de ellos, es el hecho de que se divide en dos
capas: una de mejora y otra de transformación; y el segundo que estas dos capas
están integradas a su vez por cuatro niveles diferentes entre sí pero entrelazados
a la vez pues uno es el escalón de paso al nivel siguiente.
La parte de la mejora, integrada por la sustitución y el
aumento, juegan un papel determinante para pasar a la próxima etapa, la de
transformación, integrada por la modificación y la redefinición de los procesos.
Esto así porque las mejoras y aumentos en la tecnología existente en un
determinado espacio o para un determinado proceso habrá de traer consigo
innegablemente una considerable transformación en cómo se asimilen, dinamicen,
maximicen y se re ingenien estos procesos para dar paso a un aprendizaje cada
vez más significativo.
Una vez concluida la fase de mejora el proceso se
encuentra ya inmerso en la transformación, lo que sin lugar a dudas
permitirá que ahora que el abanico de posibilidades
para desarrollar el conocimiento sea más amplio y duradero, ya que en esta
etapa mediada por la modificación y la redefinición es donde se da cuerpo a esa
cantidad de información que se ha adquirido para generar de manera efectiva
cambios en los procesos de enseñanza y en la forma del aprendizaje.
Es necesario para que este u otro modelo de integración
de las TIC a cualquier proceso pedagógico pueda tener impacto positivo y surtir el efecto deseado, que los docentes a
todos los niveles puedan comprender que su papel en el aula de clases ya está
modificado, su rol ya no es el de rellenador de cerebros con sus propias ideas
o provenientes de teorías de textos muchas veces basados en vetustas y utópicas comparaciones que no responden a
las realidades actuales en las que viven nuestros jóvenes, sino más bien, que
su rol ahora es ser el mediador entre el inmenso universo del ciberespacio,
rico en información y la necesidad de sus alumnos por contar con una buena
orientación de como adentrarse en él. Esto será solo posible en la medida en
que cada docente dentro del aula reflexione sobre aspectos tan elementales que
van desde comprender que en el salón de clases es uno más de los que aprende
hasta el hecho de que ese aprendizaje solo podrá generarse y multiplicarse si
es una acción pensada, planificada, comprendida, aplicada y evaluada para tales
fines y que solo puede ser propiciada por el mismo como parte integrante de esa
comunidad de aprendientes.
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